martes, 14 de febrero de 2012

Talismán

Su fuerza estaba en el cabello. Lo tenía de un color indefinido, entre ocre y almendra. Al tacto era enérgico, voluminoso, como el de las crines de un caballo. Y largo, hasta los hombros. Con el reflejo de la luz, brotaban infinidad de tonalidades, de colores nuevos, cuyos nombres habría que volver, si acaso, a inventar.  Sería como soñar una mezcla entre plateado, malva y violeta. Solía llevarlo suelto, enmarcándole el rostro, como los caballeros de la mesa redonda, con un poderoso aire de leyenda. Colgada del cuello pendía una pequeña cola de ballena que le servía de talismán. La compraría en cualquier bazar, pero a mí personalmente me gustaba pensar que era fruto de algún acontecimiento maravilloso de quien que es en sí mismo un aventurero. Un trotamundos. Un rastreador de sueños.

1 comentario:

  1. Que energía, que buena descripción! Cualquiera querría verse reflejado en un personaje así.

    ResponderEliminar